jueves, marzo 15, 2007

No es que sea de importancia


pero me doy cuenta de que en cada cuarto de mi casa hay un televisor prendido. Sin embargo no hay nadie en la casa y aparte de sonidos y colores al azar, que escapan de los cuartos y rebotan en paredes, no puedo captar ningún indicio de cómo pudieron llegar a estar encendidos. Mi cerebro está seco y vacío. Río nerviosamente, porque se que, en una de esas, pude haber sido yo. Si pierdo las llaves del coche cada vez que lo quiero abrir (solo abre del lado del pasajero y hay que saltarse de asientos), y después de buscarlas checo y no las he sacado de mi bolsillo, o vago por mi casa sin saber que es lo que estaba haciendo, o si le iba a llamar a alguien. Y busco. Busco señales como loco, pistas, algo que me diga que es lo que estaba pasando hasta que todo fuera como nuevo, de nuevo.

No se malentienda. La ficción es parte de la vida.

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